REFLEXIÓN XXIV -SOBRE LA TÉCNICA AEROGRÁFICA-
Partiendo de la base de que nos encontramos ante una Técnica demasiado artificial e indirecta para que se pueda acceder a un nivel expresivo y comunicativo de hondo calado por parte del autor (tan sólo existe un Verdadero Artista que supera dichas características), me aventuro a dejar unos apuntes sobre sus principales inconvenientes.
El Autor debe ser perfectamente consciente de que si realiza totalmente su trabajo por medio de Aerógrafos, plantillas, reservas etc., mermará y/o eliminará por completo una de las más importantes cualidades de toda Obra de Arte Plástico: la Impronta del Artista.
Dentro de esta importante virtud, se podrían englobar los siguientes elementos -todos ellos íntimamente relacionados-, que aportarían (si el ejecutante es un Artista), el andamiaje necesario al manto pictórico de la Obra de Arte, dando paso a la verdadera Magia de la Pintura (sin trucos, atajos ni artificios):
- Recursos gráfico/plásticos (pincelada, dinámica gestual, huella, etc.)
- Carácter.
- Personalidad.
- Texturización Pictórica.
- Óptica (en grado óptimo).
- Colorimetría (en grado óptimo).
- Interacción Cromática (en grado óptimo).
- Atmósfera (en grado óptimo).
El principio básico de la Aerografía consiste en la pulverización de pintura sobre un soporte por medio de aire comprimido, debidamente controlado. Esta forma de aplicar la pintura conlleva unas limitaciones expresivas terribles ya que no hay conTacto físico ni hilo conductor (táctil) entre el autor y la obra, anulándose/mermándose exponencialmente el control y la Impronta del autor, quedando en el 99,9% de los casos un resultando propio de la ilustración publicitaria, anodino, frío (en el mejor de los casos), plano (óptica y físicamente), vulgar y sin pulso vital.
Mi labor como Pintor es la de tratar de comprender profundamente dichas limitaciones e incorporar en mi Método de Trabajo esta Técnica con todas las precauciones posibles, evitando de ante mano la realización de mis Obras exclusivamente con un Aerógrafo. Por esta Razón, combino las enseñanzas de los Verdaderos Maestros del Arte Plástico con aplicaciones muy puntuales de Aerografía, en donde si resulte interesante conseguir un efecto determinado inherente a dicho medio, por ejemplo, la realización de sombras sutiles sobre una zona determinada en donde haya una cierta textura. No obstante, siempre modelo y altero estas pulverizaciones con las Herramientas propias del Pintor y el Dibujante (pinceles, lápices, etc.) limitando así ese aspecto anodino y relamido de "spray" intrínseco al medio aerográfico.
Por otro lado, considero fundamental el acondicionamiento de los Aerógrafos comerciales a las necesidades expresivas de cada Autor por medio de modificaciones personalizadas; en mi caso, afinando la Precisión de los mismos hasta niveles de 0,05 mm. o más, poniendo énfasis en control absoluto e independiente de todos los parámetros del equipo (caudal de Pintura, presión de aire, abastecimiento de Pintura, etc.). Actualmente me encuentro inmerso en el desarrollo de un Aerógrafo Ideal de Referencia, en el cual se puedan controlar todos y cada uno de los factores con la suficiente precisión que demanda mi Ejecución Técnica.
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Así mismo, recomiendo Pintar sólo con la Pintura por Excelencia: el Óleo.
Las cualidades ópticas, texturales, cromáticas, dinámicas etc. de este material son insuperables a todos los niveles: desde la permanencia en el tiempo hasta la personalidad del medio, pasando por el rango cromático/dinámico que se puede conseguir.
Ninguna otra pintura se acerca remotamente al resultado, aspecto final y la presencia de unos buenos Óleos.
Un cordial saludo.
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